Mira,
Dicen algunos desalmados que escribo textos incomprensibles.
¡Ya tú lo dirás!
Resulta que alguna vez le escribí cartas de amor a un profesor,
Yo trataba de escribirle en luna nueva y en luna llena.
Con eso él podría esperar y tener la certeza de cuándo sería la próxima vez.
¡Ya sabes! Quería que esperara ese día como una cita a ciegas.
(Decimos “Luna llena” y nadie se imagina lo que hay detrás de esas palabras)
Te voy a ser franca,
Disfrutaba generarle intriga y curiosidad.
Mis cartas eran anónimas, claro, y me aseguraba de que fueran muy profundas,
Así tal vez despertaría interés por descubrir mi identidad y el significado detrás de mis palabras.
Esas, que un desalmado no entiende.
(Bueno, ya sabes quien es el desalmado).
En las cartas le contaba sobre mi,
Con un énfasis en la percepción del tiempo, el espacio, y el ser,
Pero como teníamos cosas en común, finalmente las cartas hablaban de él.
Así que, a pesar del anonimato, generarían una sensación de vínculo y afecto y ¡lo logré!.
Te cuento que le enviaba mis textos vía whatsapp.
Sí, de esto no hace mucho, y hasta compré un celular solo para eso.
Quería que leyera mis textos una y otra vez,
Así que le escribía textos cortos encriptados para ser leídos muchas veces, mejor dicho, interpretados.
Y claro, hacía preguntas, de esas, que no tienen respuestas,
Algunas preguntas no necesitaban ser respondidas sino sentidas,
Y otras tantas no necesitan ser sentidas sino vueltas a hacer.
Pero aquí viene lo bueno.
¿Qué pasaba?
Él se mantenía en silencio.
No estamos acostumbrados a que el interior diga tantas cosas a la vez…
Pero, no me importaba, yo seguía escribiendo para que él siguiera leyendo.
Un cuerpo que lee es un cuerpo que también habla.
Algunas veces leía confianza, otras veces desconfianza,
El cuerpo que hablaba se preguntaba:
¿Quién es?
Si, me preguntó mi nombre.
Pues un día al ver que no me respondía,
Le tendí una trampa, le dije que me iba y si era verdad, pero es una larga historia.
Esa misma semana me escribió.
Me hubiera gustado que me preguntara más cosas,
Donde hay certezas no hay preguntas,
Donde no hay preguntas la creatividad no tiene un lugar para existir.
Hay preguntas que no tienen respuestas,
Hay respuestas que nadie preguntó.
Entonces no las dí.
¿Qué pasó?
Te resumo:
Una madrugada chateamos largo y tendido.
y ante la insistencia de saber mi nombre,
Lo pronuncié.
Pasaron tantas cosas dentro de mi, que con eso, escribí un libro.
A veces, los mensajes más poderosos son los que nunca esperamos enviar.
Así que,
Creo que la manera de avanzar hacia algún lugar es cerrando ciclos y disfrutando el cierre,
Girar sin tensiones por el espiral para volver a experimentar de manera distinta,
Otras aperturas sobre lo que cada uno debe aprender.
Sin embargo, todas esas cosas que escribí, siguen existiendo.
Ahora con lo que escribo, hago muchas cosas, una de ellas: Cuadernos.
Y te preguntarás para qué escribo y cómo llegaste hasta aquí.
Asuntos del azar.
-¿Quién soy yo?- (Te escucho pensar).
Soy todo lo que está al otro lado de la puerta,
Solo que ahora la entrada, se llama “Bandeja”,
Supongo que hace muchos años eso hacían esas personas que para vender tocaban puertas.
¿Cómo sería recibir un mensaje del amor?
Ese amor que no se ve hace tiempo,
Si es que ya se murió el miedo.
En mis manos tengo parte de eso, un cuaderno.
Yo lo ilustré y también escribí las pocas cosas que hay adentro.
Estoy aquí para mostrarte mi cuaderno.
Ya sabes la historia de cómo todo empezó.
Ya sabes que se pueden hacer negocios con el desamor.
Entonces me dedique a ilustrar y a seguir escribiendo,
Buscando almados que sientan curiosidad de seguirme leyendo.
Porque mis cuadernos:
Hacen sentir
Hacen pensar
Hacen preguntas
Hacen sentir curiosidad
Hacen tener ganas de seguir mirando
Son misteriosos
Desajustan cabezas
Desafían la autoexploración
Transfiguran paradigmas
Yo creo que el profesor no soportó todo eso coexistiendo al mismo tiempo.
Te diré:
Siempre busco crear sentido sin la necesidad de un argumento racional.
Y lo que quería el profesor eran razones.
Yo al profesor ya le deje de escribir,
Por eso me dediqué a hacer cuadernos,
Para que otros escriban o dibujen o hagan garabatos.
Si estás enamorado, para que anotes las fechas importantes y no te metas en problemas,
O para llenarlo de dibujos de ti y tu amor juntos.
O para que tengas un lugar para escribir esos mensajes que nunca enviarás.
O para que ahorres dinero, porque escribir es más barato que ir a terapia.
O si vas a terapia y olvidas las indicaciones, el cuaderno será tu manual sin instrucciones.
Y si la cosa está grave, tus lágrimas merecen un lugar poco común y corriente donde caer, mi cuaderno.
Haz clic aquí para ver mis cuadernos y, quién sabe, quizás encuentres algunas respuestas... o más preguntas.
PD: Como todo lo bueno, es limitado, son ediciones limitadas.
Te espero!